miércoles, 31 de agosto de 2011

Superstición

La superstición es un asunto tan antiguo como el ser humano mismo, pero ¿Cuando fue que los resultados científicos fueron aceptados por la gente?

Los supersticiosos recibían ese nombre porque oraban todo el día, ofrecían sacrificios para que sus hijos los recordaran después de su partida, así lo escribió Cicerón en la antigua Roma

Durante la edad media, los clérigos, al hablar de la superstición, hacían la comparación con los actos de fe y terminaban dando prioridad y efectividad solo a los actos de la fe católica.

En un escrito antiguo se define la superstición como sentencia de la siguiente manera: “Tu pulsaste la primera cuerda en el culto de Dios, y la bestia de la superstición ha caído”.

Los protestantes condenaron la veneración de reliquias. Incienso, rosarios y agua bendita por considerar que se trata de una práctica supersticiosa, así que al repudiar los ritos es que tomaron la biblia como única autoridad.

Los siglos XVI y XVII fueron quizás un antes y después, es entonces cuando los científicos exploran el mundo natural con mayor curiosidad.

En Italia la iglesia prohibía todo tipo de investigación, sin embargo, Leonardo Da Vinci hizo cientos de dibujos anatómicos bien detallados de humanos y animales.

Da Vinci dibujó un feto, me cuesta trabajo imaginar como logró realizar esa obra de arte que conforme a los tiempos, resulta impensable que pudiera tener acceso a una imagen en vivo para copiarla, ya que contiene detalles muy precisos.

También Galileo fue perseguido por insistir en que la tierra giraba alrededor del sol, una teoría que contradecía las enseñanzas de la iglesia en Roma.

Newton contribuyó con el experimento de la descomposición de la luz del sol por medio de los prismas, todas para entonces evidencias empíricas que hoy han sido comprobadas científicamente.

La ciencia se estaba separando de la religión, la nueva búsqueda del conocimiento se basaba en la observación empírica, la ciencia comenzó a representar un desafío no solo para la religión, sino también para una creencia más general en lo sobrenatural.

Tanto la superstición como la ciencia sostienen que hay una conexión entre los hechos que ocurren, conviene entonces marcar la distinción ahora:

La superstición se apoya en intuiciones y revelaciones que no se pueden probar, la ciencia empírica solo acepta la verdad que puede comprobarse.

Quiero concluir este reporte con la siguiente reflexión, para mi, la superstición y la ciencia son nuestras herramientas fundamentales para la vida cotidiana, lo importante será entonces comprender cuando es la ciencia la que debe prevalecer y cuando la superstición.

La libertad de pensar y discernir mientras esté presente, merece la aceptación en uno y otro sentido, y es posible que al final se puedan encontrar resultados aceptables y quizás con empate.

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