domingo, 7 de agosto de 2011

El Arte de las verdades


Por: Julio Torres. Una verdad solo se puede obtener mediante la duda, es decir, sin aceptar de inmediato aquello que nos transmiten como mensaje, como noticia y hasta como dogma.

Todo aquello que percibimos con nuestros sentidos, debemos procurar someter a un análisis simple pero completo para evitar el engaño, de eso depende que se pueda evitar una frustración severa.

Es conveniente evitar a las personas que tratan de convencernos de algo que no entendemos a primera vista, lo más seguro es que intenten el fanatismo en algo que no estamos de acuerdo.

El principio filosófico socrático define que mayéutica es el arte de hacer descubrir al interlocutor las verdades que lleva en sí por medio de una serie de preguntas.

La mayéutica entonces, la encontramos como base de las enseñanzas filosóficas que se oponen radicalmente a los dogmas que pretenden infundir las corrientes religiosas.

Toda religión exige de sus adeptos una gran disciplina para estudiar, aprender, aceptar y luego difundir los dogmas que son base de su liturgia y la exigencia de ser aprendidos aunque no se comprendan.

La mejor disciplina es aquella que no exige un aprendizaje dogmático, que no obliga a una persona a “entender” lo que se le enseña, palabra por palabra y frase por frase.

Cierto es que la mayor parte de la gente esta acostumbrada desde que nace a esperar que el guía, maestro, sacerdote o familiar más encumbrado le indique el camino que debe seguir para ser feliz.

La felicidad es un compromiso que debemos cumplir desde el momento en que nacemos, pero ese compromiso es personal, en ningún escrito antiguo o moderno he encontrado una ley que me obligue a que alguien busque mi felicidad.

El compromiso es personal ya que no se aceptan paquetes de felicidad de segunda mano, cada felicidad es único y fue creada a modo para cada uno de nosotros.

De lo anterior se desprende que sócrates no estaba equivocado en su razón, por eso lo define como mayéutica, una palabra poco usual y por ello resulta más interesante.

De manera que a partir de hoy y para siempre he de recordar que el trabajo realizado por Sócrates es muy importante en mi vida cotidiana, debo grabar en mi memoria esa palabra: Mayéutica.

No es casual que la masonería haya tomado como suyo el concepto de la mayéutica, como suyo es cada principio socrático que permite comprender puntualmente cada concepto al derredor de la palabra 
descrita.

En las logias no se enseñan dogmas, porque no se necesitan, se enseñan palabras que cada uno de nosotros deberá descubrir exactamente a que se refiere cada palabra aprendida.

La velocidad de aprendizaje depende de la capacidad que cada uno de nosotros pueda aportar al estudio de los temas puestos sobre la mesa de discusión.

No existe medida de tiempo ni de espacio para definir quien ha sido mejor alumno y quien el peor, la disciplina establece que no se trata de velocidad, se trata de comprensión.

Muchos hombres ingresan a la orden, y permanecen en ella por mucho tiempo, algunas veces con ideas contrarias, otras, hasta con ideas de modificar a la orden radicalmente.

La masonería no ignora los dogmas políticos y religiosos, pero en principio duda de esos dogmas, como base fundamental para llegar a la verdad.

Para la masonería es muy importante, que el masón entienda y comprenda, por sí mismo, la verdad o verdades que están dentro de él sin saberlo.

La Mayéutica es fundamental como herramienta para que los temas tratados dentro de logia se puedan desglosar abiertamente y de esa manera llegar hasta el fondo del conocimiento que la vida pone frente a nosotros.

Mayéutica interpreto entonces que es como un juego de preguntas y respuestas done el triunfador es el ser humano que busca la verdad.

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