lunes, 22 de agosto de 2011

Asociación humana.



Por: Julio Torres.-Los derechos se dividen en: naturales, civiles y políticos, por lo tanto queda establecido que los derechos naturales, pertenecen a los seres humanos, son imprescindibles y solo por la fuerza los pueden perder.

Los derechos civiles dependen de las leyes nacidas de sus necesidades propias o de los usos y costumbres en sus transacciones que han recibido como herencia de sus antepasados.

Los derechos políticos, o sean, las facultades de elegir y ser elegido para gobernar la asociación, solo corresponden a los que dicha asociación determine, pues de su uso bueno o malo, depende su existencia.

La justicia y la equidad aconsejan hacer que desde el primero hasta el último ser humano gocen de los derechos naturales, resulten protegidos por los derechos civiles y se respeten los derechos políticos con honestidad minuciosa.

En función de los derechos civiles, quien no conoce las leyes de su país, no puede ser su propio defensor, solo lo podrá representar un apoderado, lo cual también es válido cuando se vive en un país extranjero.

Para la distribución de los derechos políticos se requiere una gran decisión y discernimiento sobre todo en países de distintas razas y en los que por razones diversas hay intereses encontrados lo que ocasiona luchas permanentes.

Un gobierno debe limitarse a defender al débil contra el fuerte, a velar por la salud pública, proteger el presente sin comprometer el futuro y no empeñarse en administrar todo, pues no hay mejor gobierno que el que no se ve gobernar o el que menos gobierna.

Lo anterior evita convertirse en un gobierno perjudicial a la nación e impide tener que dejar a su sucesor, el trabajo de corregir sus errores o desaciertos como lastre a los ciudadanos.

En toda asociación humana quienes gobiernan, intentan colocar una especie de cuerda en el cuello de los ciudadanos, como símbolo de esclavitud, por medio de decretos y leyes que no siempre son equitativas.

Esa cuerda debemos arrancarla y destrozarla, porque muchas veces nos mostramos impotentes de quitarla nosotros mismos, un buen principio es descubrir y entender que no debemos aceptar esclavitud de ningún tipo.

Cuantas veces percibimos que portamos una especie de velo que nos impide ver la realidad del presente, mucho menos el futuro, pues entonces ese velo debemos arrancarlo y destruirlo como lo hicimos con la aparente cuerda al cuello.

Sencillo resulta ahora entender la forma de destruir la cuerda y el velo que impiden una visión exacta del presente y del futuro, son las facultades que recibimos desde el momento en que ingresamos a este mundo.

Inteligencia para discernir que es lo que se debe hacer ante cada una de las situaciones que la vida presenta, rectitud que nos obliga a seguir y comprender que hay reglas para todo cuanto ocurre y que la mejor forma de lograr un objetivo es respetar las reglas con rectitud.

Se requiere valor y prudencia para hacer las cosas, sin esas dos facultades creo que nada se puede conseguir pues, el valor es útil, pero la prudencia obliga a hacer las cosas de forma que sean efectivas.

Toda asociación humana necesita de la filantropía para conseguir el triunfo en todo proyecto y la filantropía es una facultad legítima del ser humano, solo él puede ser filántropo, el que ayuda a los demás.

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