domingo, 14 de agosto de 2011

Querer saber con osadía


Por: Julio Torres. Querer, saber, osar y callar, callar es una disciplina para entender lo que en verdad buscamos, el callar es muy útil cuando escuchamos, el callar evita ruidos parásitos. el callar es el camino de la sabiduría.

Elijo comenzar por callar al recordar que la escuela pitagórica exigía a sus alumnos un silencio absoluto de todo cuanto escucharan durante los primeros cinco años y de esa forma conseguían avanzar en el estudio.

Cuando después de esos cinco años los estudiantes eran calificados, resultaban exaltados a grados superiores con la certeza de que guardarían los secretos que la escuela les había confiado bajo el sistema de boca a oído.

Una vez superada la prueba del silencio, se le permitía al alumno el poder de preguntar sobre los temas escuchados en la etapa anterior, pero solo preguntar, es posible que muchas veces no recibiera respuesta, de tal manera que volvía a callar sin protestar.

Entraba en juego entonces el principio de querer, o querer saber, puesto que el querer saber, era el segundo objetivo importante y solo con la fuerza de voluntad de querer saber, o con la sed de saber tenía la oportunidad de trascender.

Querer es el motor que mueve a todo ser humano para descubrir de donde viene y adonde va, querer es también el incentivo necesario para iniciar todo proyecto cualquiera que sea su magnitud.

El primer obstáculo que colocamos frente a nosotros para cualquier proyecto es la duda entre iniciar algo o no hacerlo, generalmente dudamos por influencia externa, pero si dominamos esa influencia quiere decir que sí quiero comenzar algo.

Entonces, si quiero comenzar algo, debo anteponer el deseo de querer comenzar ese algo y si ese deseo es saber, entonces lo más seguro es que sí aprenderé algo, es decir, que sí tengo la esperanza de saber lo que deseo saber.

A partir de este momento en que he logrado querer saber, puedo afirmar que he recorrido la mitad del camino, cuantas personas se quedan a la mitad de ese camino por la falta de decisión de querer saber.

Ahora entra en funciones el elemento osar, que se puede afirmar que es otro de los atributos de muchos seres humanos y que lamentable es que no todos lo poseen, puesto que la osadía es adquirida desde el nacimiento y no después.

Ser osado es sinónimo de atrevido y solo el que se atreve es el que puede triunfar, cuantas personas diseñan infinidad de proyectos y todos ellos con posibilidad de hacerlos operativos y sin embargo nunca se realizan.

Alguien dijo que la diferencia estriba en quien tiene el valor de iniciar algo, tal parece que esa es la fórmula correcta, el valor de comenzar un proyecto para que sea una realidad, los proyectos en la mente no sirven para nada en tanto no se aterricen.

Querer, saber, osar y callar, cuatro palabras que encierran todo un paquete de herramientas que podemos utilizar para la conquista de nuestras inquietudes, tal parece que se interpretan como los cuatro elementos: Tierra, agua, aire y fuego, que aparecen en todo cuanto existe en este universo.

Hasta parece parte del proyecto divino, sin tierra, agua, aire y fuego, nada puede existir y para que nosotros podamos trascender requerimos de los elementos: Querer, saber, osar y callar para manifestar nuestras ideas.

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