Mucho
se ha escrito sobre el tema de, si en verdad existe un regreso a una nueva vida
o a una nueva encarnación, y cuando ocurre el fallecimiento de un ser querido,
se incrementa de manera considerable esa posibilidad.
Tal vez
el tema resulte muy polémico, pero no deja de ser importante reflexionar sobre
él sin ánimo de parecer reiterativo, simplemente, aplicar la libertad que nos
es otorgada por el simple hecho de ser parte de este universo.
Personalmente,
no considero que al morir todo se pierda, no acepto esa lógica, tampoco acepto
lo ofrecido por las religiones que aseguran la vida eterna, porque entonces que
caso tiene el sufrimiento de la vida.
Se dice
que el cuerpo humano es una especie de cárcel, además debemos aceptar con
resignación la suerte o la vida que nos ha tocado vivir, pero en lo personal
también me parece injusto.
La
pregunta es: ¿Por qué a mi vecino todo le sale bien y a mí todo se me
dificulta? ¿Qué es lo que ha hecho mi vecino y como supo lo que debía hacer?
Como
vemos, estas y otras preguntas son las que se encuentran en el aire y la verdad
no creo ser el único que presente estas dudas, entonces, eso me obliga a buscar
respuestas convincentes y no respuestas que me obliguen a ejercer un acto de
fe.
La
aceptación de la voluntad divina la respeto, pero no estoy de acuerdo, lo que
me deja la vida a estas alturas, es que me he equivocado muchas veces, lo cual
ha sido la causa de la ausencia de los triunfos necesarios para mi proyecto de
vida.
Puedo
asegurar sin temor a equivocarme que siempre he hecho las cosas buscando el
bien y la tranquilidad de mis seres queridos y la de mis amigos, solo que en
ese caminar he tenido que equivocarme de acuerdo a las circunstancias, eso es
lo que ha retrasado el triunfo.
La
pregunta es entonces: ¿Qué hacen quienes si triunfan y logran lo que han
imaginado?, ¿Quién les ayuda y porque no me ayuda a mí? ¿Qué me falta por
hacer?
Oportunidades
han sobrado, pero por sistema ha ocurrido que en el último minuto resulto
desplazado con métodos no esperados, y tengo que conformarme con los resultados
no favorables.
Sin
embargo, creo que debe haber una respuesta a mis interrogantes pero no las
encuentro, he tomado la determinación de aceptar las cosas como se presentan,
hoy entiendo que eso es lo que debo aceptar para vivir.
Por lo
pronto he decidido no preocuparme más de este asunto, me propongo diseñar lo
que puede ser mi regreso, que cada día que pasa, la seguridad de que regresaré
se incrementa con esperanza de corregir lo que en esta oportunidad ha fallado.
Estoy
convencido de que regresaré, estoy convencido que a mi regreso me equivocaré
menos, estoy convencido de que de alguna manera utilizaré un “apuntador
electrónico” o de cualquier tipo, que me permita escuchar con claridad el
próximo guión de mi vida.
Estoy
convencido de que cuando vuelva, de alguna manera cumpliré lo proyectado en
esta, y por lo pronto, pido perdón a quienes perjudiqué de alguna forma, solo
declaro que si cometí faltas, nunca lo hice con dolo o mala fe.