viernes, 5 de agosto de 2011

Un tablero de ajedrez


Por: Julio Torres. El dato exacto de lo antiguo del juego de ajedrez no lo tengo, sin embargo, lo que entiendo es que está elaborado de tal forma que parece nos invita a cruzar entre los cuadros blancos y negros por medio de reglas.
 
Muy parecido a lo que la vida nos presenta a cada paso con las cosas agradables y otras no tanto, casi siempre recordamos las cosas negativas, las cosas que nos han sucedido y que no han sido muy agradables.

Es curioso que pocas veces recordamos las cosas buenas que nos han ocurrido, o si las recordamos es con cierta ligereza pues siempre pensamos que no ha sido suficiente.

Parece que siempre estamos deambulando entre cuadros negros y blancos, tratando de eludir los cuadros negros muchas veces, sin detenernos a recapacitar que es necesario caminar sobre unos y otros para entender lo que la vida nos tiene reservado.

Es muy importante comprender que no podemos ser totalmente buenos, tampoco ser malos por completo es operativo, inclusive los personajes que calificamos totalmente malos en determinados momentos deben experimentar momentos bonitos.

Muchas disciplinas ya sean religiosas, humanas o de superación, pareciera que el objetivo fundamental fuera el tratar de que el aspirante se convierta en un ser totalmente bueno e intachable en su forma de comportarse.

Que puede pasar entonces si nos invitan a participar en asuntos ilícitos donde la forma de hacer el trabajo implique hacer todo lo que es contrario a las buenas costumbres, a la legalidad o en contra de otras personas.

De ninguna manera imagino al delincuente en actitud negativa ante la sociedad y a él mismo de manera permanente, creo que debe tener sus momentos de bondad y hasta filantrópica.

Tampoco imagino a una persona totalmente piadosa, que las 24 horas del día manifiesta una gran bondad que le absorba cada momento sin pensar siquiera en algo malo.

Lo anterior se parece mucho a lo que conocemos como fanatismo, cuando no tenemos visión hacia otro lado que no sea a lo que creemos por que nos han dicho que eso es bueno.

Supongo que si una persona es totalmente mala desde nuestro punto de vista, podemos definirla como fanática, pues el efecto es el mismo, es decir, ser totalmente bueno o totalmente malo debe ser fanatismo.

Supongo que la mejor forma de conducirse por la vida es caminar por una vía donde entendemos que a un lado se encuentra una especie de pared con todo lo bueno y que al lado contrario está todo lo malo.

Desde otro punto de vista creo que el caminar sobre esos cuadros blancos y negros significa que en todo momento estamos entre lo bueno y lo malo, pero lo más importante es que como seres humanos nos encontramos por encima de lo bueno y lo malo.

Lo que en verdad nos hace superiores a todo lo creado es el poder del pensamiento y la imaginación y eso es lo que nos permite caminar alegremente inclusive sobre lo bueno y lo malo, sobre los cuadros negros y blancos, sobre un tablero de ajedrez.

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