jueves, 10 de febrero de 2011

Leyenda y el sectarismo

Por: Julio Torres

Pitágoras fincó las bases de todas las ciencias de nuestros días como lo son las matemáticas, físicas, biológicas y sociales que siguen vigentes.

Distinto sería el mundo si solo se hubiese guiado a los seres humanos por medio de de las enseñanzas religiosas, aunque a la fecha todavía existan algunas comunidades que así se conducen.

El pitagorismo ha logrado que la gente de hoy se impregne del amor a las cosas de la tierra, aprendiendo y enseñando a obtener los frutos del esfuerzo humano.

Con sabiduría, belleza y optimismo, el pitagorismo hereda a la asociación humana las herramientas necesarias para rechazar las intolerancias de quien dice poseer la verdad.

El duelo de magos sigue existiendo y los contendientes parecen ser los mismos, el pitagorismo  estableció el principio de las ciencias y los religiosos, ofrecen la vida eterna feliz.

Por un lado se estructuró el llamado “santo oficio” con todo lo que produjo, por otro lado el pitagorismo que buscó mejorar el bienestar humano.

Ese pitagorismo fomentó el adelanto de todas las ciencias y las artes teóricas y aplicables, creando así la portentosa técnica de nuestros días.

Desde el punto de vista exclusivamente espiritual, los hombres siempre han contado con dos vías para acercarse a Dios, la vía del misticismo y la del ocultismo.

Las dos vías son representativas de nuestra civilización occidental, por un lado, el misticismo es tal vez el cristianismo y sus distintas sectas.

Por el ocultismo, es el pitagorismo quien toma la otra vía, en cuya descendencia se cuentan desde las academias y universidades, hasta cada uno de los sabios y hombres de estudio y de investigación del mundo entero.

Pitágoras aparece como el primer hierofante o sacerdote de los misterios, nuestros números, nuestros símbolos geométricos y el resto de su enseñanza lo coloca como instructor y guía.

También fue Pitágoras quien aplicó al universo percibido la denominación de “cosmos” y otros significados “conócete a ti mismo y como es arriba es abajo”.

Enseñó en el campo espiritual, que las almas están sometidas a reencarnaciones sucesivas, hasta que, durante el curso de esta sucesión de ciclos de vida, logran la liberación por esfuerzo propio.

En el campo del saber, la ciencia y la filosofía de la vida, Pitágoras aparece en lo más alto del origen de los conocimientos como los concebimos los occidentales.

He titulado este artículo como sectarismo en función de establecer que una y otra forma de ver las cosas tiene su valor conforme lo aprecie cada persona.

Pero resulta fundamental entender que las sectas siempre dejaran a un lado asuntos como la reencarnación y algunos más y a veces descalificando el legado pitagórico.

Creo que es mucho más importante buscar un pensamiento libre que no impida el acceso al trabajo no solo de Pitágoras sino de todos quienes nos antecedieron en este mundo.

El duelo de “magos” creo resulta estéril, más importante será apreciar  lo que cada uno nos entrega.

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