Los
presentimientos y la voz del instinto tienen siempre algo de incierto,
recibimos mensajes que nos ayudan por medio de la voz de la conciencia, que
habla dentro de nosotros, y no siempre le damos la importancia debida.
El
presentimiento es el consejo intimo y oculto, se encuentra también en la
intuición de la elección que se ha hecho, es la voz del instinto, que tiene
conocimiento de las principales fases de la existencia, es decir, de la clase
de pruebas a que se compromete.
Cuando
tiene un carácter superdominante, conserva una especie de impresión en su fuero
interno, y esta impresión, que es la voz del instinto, al acentuarse cuando se
acerca el momento, se convierte en presentimiento.
Cuando
se tengan dudas sobre que hacer entre el presentimiento y la voz del instinto,
invoquen a su pate interna, que envíe a uno de sus mensajeros, recordemos que
los consejos internos, tienen como único fin la dirección moral o la conducta
que debemos tener en las cosas de la vida privada.
Muchas
veces nosotros mismos cerramos el oído a los buenos consejos y hasta podemos
adquirir actitudes infelices por nuestra propia culpa, no debemos olvidar que
los pensamientos buenos, influyen de algún modo en los acontecimientos de la
vida.
Creemos
que la acción de esos pensamientos solo debe manifestarse mediante fenómenos
extraordinarios, quisiéramos que nos ayudaran por medio de milagros, y siempre
los imaginamos provistos de una varita mágica, desde luego que no hay tal cosa.
El
encuentro de dos personas por casualidad, es inspirada con la idea de pasar por
un lugar determinado, llamarán su atención sobre tal cosa si ha de llegar al
resultado que quiere obtener, de modo que, creyendo el hombre seguir su propio
impulso, conserva siempre su libre albedrío.
Alguien
hizo la siguiente pregunta: ¿Puede alguien provocar efectos con el fin de que
algo suceda? Supongamos que un hombre debe morir, sube una escalera, ésta se
rompe y el hombre muere, ¿Quien ha provocado que se rompiera la escalera, para
cumplir el destino?
Simplemente
las leyes de la naturaleza se deben cumplir y nada puede suceder de manera
contraria, solo son puntos que la naturaleza tiene previstos y que nosotros no
conocemos de antemano.
Se ha
roto la escalera porque estaba corroída o no era bastante fuerte para resistir
el peso del hombre, pero nada tiene de extraño o de condiciones de fatalidad.
Si el
destino de ese hombre era morir en esa manera, nadie inspiró la idea de subir
la escalera que había de romperse con su peso y su muerte será un efecto
natural sin que haya sido necesario un milagro para lograrlo.
Las
cosas van a ocurrir de cualquier manera, pues, solo se requiere que la persona
se encuentre en el lugar indicado en el momento adecuado para que el evento se
cumpla.
Cuando
afirmamos que lo había presentido y no hice nada para evitarlo, el asunto se
puede transformar en una falacia, pero cuando se dice: Presiento que lo que
quiero hacer no está bien, lo mejor es ni siquiera intentarlo.
Tal vez
eso que pensamos, eso que presentimos, corresponda a una mecánica natural de
nuestro cuerpo y su vida, es posible que el mejor consejo sea dar mayor
credibilidad a eso que presentimos.
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