martes, 27 de septiembre de 2011

Inteligencia suprema

Inteligencia suprema o sabiduría eterna, los calificativos pueden continuar indefinidamente con el único fin de tratar de explicar lo inexplicable, creo que resulta imposible encontrar el nombre divino que ajuste a cada uno de nosotros.

Es posible que algún día se puedan unificar los criterios que entreguen respuestas que a todos ajusten, sin embargo, lo más importante es el mandamiento que la sabiduría eterna dicta para cada caso en particular.

Uno de esos mandamientos ordena la obligación de honrar con la práctica de la virtud, que ordena hacer el bien por solo el placer de hacerlo y no por el deber de hacerlo.

Sugiere ser amigo del sabio y observar sus preceptos con puntualidad y la inteligencia suprema parece que no se equivoca al declarar que el alma es inmortal, debe tener bases para afirmar tal cosa que ha producido al paso del tiempo discusiones diversas.

Recomienda evitar maldad alguna que pueda degradar a esa alma, e invita a combatir el vicio sin descanso, que se convierte en la puerta de entrada a esa degradación.

La inteligencia suprema dicta que nada debe hacerse en contra de otros, porque ellos pueden hacerlo a ti, lo que conduce a resignarse a la suerte que nos toque y con ello conservar la luz de la sabiduría.

Dice que tenemos que honrar a nuestros parientes y el respeto a los viejos es fundamental, ya que de ellos parte el método para ilustrar a la juventud que a su vez, protege a la infancia.

Uno de los mandamientos más importantes por el significado ordena, amar a la esposa sin limitantes, lo mismo que a los hijos, amar a la patria y acatar las leyes, porque esa es la base de la sociedad, familias respetuosas hacen pueblos respetuosos y respetados.

La inteligencia suprema pide considerar al amigo como si fuera una hechura de nosotros mismos y que el infortunio no me aleje de esos amigos y cuando les toque partir, hacer por su memoria lo que el haría si viviera.

Al mismo tiempo recomienda huir de las falsas amistades que impedirá sucumbir a las pasiones y ser indulgentes con el error de cualquier tipo, para lo cual es necesario escuchar siempre, hablar poco y realizar obras buenas.

Olvidar las injurias, devolver bien por mal, no abusar de la fuerza ni de la superioridad y aprender a conocer a los hombres para conseguir conocerse a sí mismo.

Siempre buscar la verdad, ser justo y huir de la ociosidad, que es la llave maestra de los vicios y las pasiones, que aniquilan a los seres humanos hasta reducirlos al fracaso.

La inteligencia suprema o la suprema inteligencia, recibe muchos nombres, cada cultura, cada pueblo y cada tiempo, ha tratado de bautizar a esa inteligencia con el nombre que le acomoda o con el nombre que le sirve para dominar a sus hermanos.

Lo anterior es algo que cuesta mucho trabajo razonar porque hemos sido educados por medio de normas dirigidas a propiciar el fanatismo y eso es lo que impide el avance social necesario para vivir mejor.

Imaginar la inteligencia suprema como un ser humano creo que es algo criticable, pues, en realidad no me atrevo a darle forma, no imagino su forma, solo creo que existe.

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