jueves, 15 de septiembre de 2011

El ruido del silencio

El ruido del silencio, una experiencia muy fuerte para mi corta edad, tal vez apenas contaba con unos 12 años de vida y por circunstancias extrañas me hicieron esperar en una habitación en la que no se escuchaba ruido alguno.

Eso ocurrió en un poblado alejado de la gran ciudad, de tal manera que yo no sabía escuchar el ruido del silencio, sin embargo, casualmente de momento no se escuchaba nada.

En las casas de provincia generalmente se escuchan cantos de pájaros, sonidos de animales domésticos y con menor volumen, ruidos de carretas o de animales de carga.

Resulta que ese día sencillamente no se escuchaba nada, la causa la desconozco, en ese momento nada se me hizo extraño, simplemente no se escuchaba ruido alguno.

De momento comienzo a escuchar un pequeño sonido agudo que nunca supe de donde provenía, movía la cabeza en un sentido y en otro y la intensidad también cambiaba.

Lo curioso es que durante un buen rato no se escuchaba otra cosa que no fuera ese ruido agudo, era bastante incómodo, inclusive debo admitir que me asustaba ese silencio.

En la gran ciudad parece que siempre queremos aturdirnos, como si buscáramos una excusa para no estar conmigo mismo, llegué a la conclusión que me asustaba conocerme a mi mismo.

Tal vez nunca aprendí a conocerme y tampoco pude encontrarme, es una soledad que asusta tanto que sentía ahogarme, nunca antes conocí el ruido del silencio.

Recuerdo que decidí salir de la habitación en la que me encontraba y busqué apoyarme en un árbol muy frondoso, de momento seguí percibiendo ese ruido silencioso y quiero pensar que la imaginación me orilló a percibir una voz autoritaria que me dijo:

Si no aprendes del silencio, no puedes aprender de nada ni de nadie, el silencio es sabio, abre las puertas de tu interior y te ilumina el yo superior, va camino hacia tu inconsciente y te enseña a caminar en la vida.

Pienso que el silencio trabaja con el fin de hacer que dialoguen las partes internas de nuestro cuerpo y cuando se ponen de acuerdo se logra la gran armonía tan necesaria para vivir mejor.

Después de muchos años entendí que nunca debemos manifestar temor al ruido del silencio, la soledad y el silencio son amigos, la soledad y el silencio son los mejores maestros.

Casi todo mundo le teme al silencio porque no lo conoce, pero ese binomio: Soledad y silencio es el mejor amigo, siempre escucha y nunca se equivoca, tiene respuesta para todo.

Escucha ese ruido del silencio, sentirás que te iluminas interiormente, ese es el principio de la solución, ese es el camino para erradicar todos los temores.

Le aseguro que cuando se experimenta ese deseo de comunicarse con nuestro ser interno, la gran solución aparece, nunca más se escuchará el ruido del silencio.

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