martes, 29 de marzo de 2011

Leyenda y la justicia tortuga

Por: Julio Torres

Desde cinco o seis siglos atrás se ha trabajado en el mundo la forma de garantizar al ciudadano el derecho a la libertad tanto corporal como a la manifestación de las ideas.

Inclusive en la constitución mexicana promulgada en el año 1917 se manifiesta un gran deseo de que se respete la libertad de expresión por todos los medios de comunicación.

Sin embargo, el día anterior a este reporte me entero que la suprema corte de justicia de la nación ha resuelto que la libertad de expresión política solo compete a los partidos políticos y el ciudadano queda fuera de ese derecho.

En el año 2008 se inicia “el estudio” de un proyecto de reforma a ese principio de libertad de expresión y después de tres años resuelven que el ciudadano carece de ese derecho.

Hace algunos meses escribí un reportaje sobre el principio del “Hábeas Corpus” que desde hace más de cinco siglos comenzó a estudiarse y luego a tratar de aplicarlo a favor del ciudadano.

Hábeas Corpus significa “traedme el cuerpo” con el significado de presentar a un presunto culpable, esto es, impedir que un ciudadano sea privado de su libertad sin motivo alguno.

En México, el Hábeas Corpus, se tradujo en el derecho de amparo, y lamentablemente hemos sido testigos de que a la fecha se sigue violando impunemente ese principio.

Entonces, esto presenta diferentes aristas: no importa que las ideas sean grandiosas a favor de los ciudadanos y haya que promulgarlas, quienes las deben aplicar interfieren su aplicación.

El Hábeas Corpus es una idea muy antigua y después de cinco siglos sigue sin aplicarse, no importa que se escriba con letras de oro, creo que el ciudadano debe esperar otros 500 años para que se aplique como esta escrito.

“La libertad de prensa” que tanta sangre despilfarró en el siglo veinte en México, y que sigue escrita con letras de oro, hoy ha recibido un golpe mortal, el ciudadano, el industrial, el ilustrado, el comerciante, nadie puede hablar de política, solo el político puede hacerlo.

Aunque se dice que solo no puede hablar de política “en medios de comunicación” pero que si lo puede hacer de manera privada y con eso esta vigente la libertad de expresión.

Entonces, la ley debe interpretarse de manera dirigida como si el ciudadano fuera incapaz de conducirse por si mismo, lo cual se convierte en un atentado a la libertad.

Hoy más que nunca ha quedado de manifiesto que los dueños del país solo son los políticos, nosotros los ciudadanos no estamos presentes en sus proyectos.

Solo nos necesitan para emitir nuestro “voto” para justificar su estancia en las cúpulas del poder, ahora entiendo que he estado equivocado, muchas veces me sentí libre, por lo menos ya desperté de mi sueño.

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