sábado, 12 de marzo de 2011

Leyenda y las uniones ilícitas

Por: Julio Torres

Este capitulo contiene los impedimentos matrimoniales, y fija los grados de parentesco entre los cuales la unión matrimonial está prohibida.

La ley “mosaica” prohíbe terminantemente el matrimonio entre consanguíneos en línea recta, y hasta el segundo grado de la línea colateral, condena el adulterio, los vicios contra naturaleza y cualquier clase de perversidad sexual.

Es admirable con que franqueza, aquí se descubren las monstruosidades de la inmortalidad, y la severidad con que Dios protege la santidad del matrimonio y de la familia.

El texto se titula como: Uniones Ilícitas e Incestuosas, y relata: “Habló Yahvé a Moisés diciendo”: Habla a los hijos de Israel y diles: Yo soy Yahvé vuestro Dios.

No hagáis lo que se hace en la tierra de Egipto, donde habéis morado, ni hagáis lo que se hace en el país de Canaán adonde yo os llevo, no sigáis sus costumbres.

Cumplid mis mandamientos y guardad mis preceptos, caminando por ellos. Yo soy Yahvé vuestro Dios. Guardad mis mandamientos y mis preceptos. El hombre que los cumpliere vivirá por ellos. Yo soy Yahvé.
Ninguno de vosotros se acerque a una consanguínea suya para descubrir su desnudez, no descubrirás  la desnudez de tu padre, ni la desnudez de tu madre.

No descubrirás la desnudez de la mujer de tu padre, es la desnudez de tu padre. No descubrirás la desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o fuera de ella.

No descubrirás la desnudez de la hija de tu hijo o de la hija de tu hija, pues es tu propia desnudez, no descubrirás la desnudez de la hija de la mujer de tu padre, engendrada de tu padre, que es tu hermana.

No descubrirás la desnudez de la hermana de tu padre, es carne de tu padre, no descubrirás la desnudez de la hermana de tu madre, es carne de tu madre.

No tomarás a una mujer juntamente con su hermana, haciéndola rival de ella y descubriendo su desnudez mientras viva la primera.

Las leyes que podemos llamarlas “divinas”, desde entonces se han preocupado por apuntalar la parte fundamental del engranaje social que es la familia.

Hemos leído que esta ley castiga cualquier clase de perversidad sexual, y entonces me cuesta mucho trabajo imaginar, que es lo que pasa en este momento en que “legalmente” parece que todo está permitido.

El texto alerta también sobre las enfermedades venéreas que se han padecido a lo largo de los años y como en esos tiempos no se contaba con la ayuda médica que hoy tenemos, la ley solo indicaba no tocar a una mujer si presentaba lo que llamaban inmundicia.

Y cierran una parte del capitulo prohibiendo lo siguiente: “No te juntes carnalmente con la mujer de tu prójimo contaminándote con ella”.

No imagino cuantos años deben pasar para que esas leyes divinas encuentren eco en la sociedad.

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