martes, 8 de marzo de 2011

Leyenda y el silencio

Por: Julio Torres

Se dice que los silencios mantienen los secretos, por lo tanto, el sonido más dulce es el sonido del silencio, para disfrutar esta vida, que tanta felicidad nos proporciona, con tantos beneficios.

Es como una canción del alma, muchas personas dicen escuchar el silencio en la oración, otros, cantan la canción en su trabajo, y muchos más encuentran los secretos en la contemplación.

Cuando se alcanza la maestría en alguna actividad, los sonidos pueden apagarse, e inclusive las  distracciones se detienen o desaparecen, toda la vida se transforma en meditación.

El silencio invita a respirar con cada flor, volar con cada pájaro, encontrar belleza y sabiduría encontrada, puesto que la sabiduría se encuentra en todos los sitios, donde se forma la belleza.

La belleza se forma en todas partes, no se tiene que buscar, la belleza nos encuentra a todos, solo basta estar alerta para capturarla cuando aparece.

Cuando actuamos de esa manera, convertimos todo lo que hacemos en meditación, y por ende, se convierte en un don, en un ofrecimiento de ti a tu alma y tu alma a “El todo”.

En el momento de lavar los platos, se disfruta del calor del agua que acaricia las manos, al preparar la cena, se percibe el amor del universo que trajo este alimento, y como un regalo,  al preparar esa comida se vierte todo el amor del ser.

Al respirar, respira largo y profundo, respira lenta y suavemente, respira la suave y dulce alegría de la vida, tan plena de energía, tan plena de amor. Es el amor de Dios lo que estas respirando.

Si respiras profundamente, podrás sentir la vida en todo su esplendor y experimentarás el amor que te hará llorar de alegría. Porque conociste a tu Dios y tu dios te presentó con tu alma.

Utiliza tu vida  practicando una buena meditación, para que puedas escuchar el sonido del silencio y disfruta todos los eventos a tu paso, Camina en vigilia, no dormido.

Muévete con entusiasmo, muévete con alegría, no te detengas en la duda ni el temor, tampoco en la culpa, disfruta el esplendor permanente, con la seguridad de que eres muy amado.

Cuantas veces ignoramos ese sonido del silencio, que se pierde a causa de la vida agitada de los tiempos modernos, solo al detenernos en la meditación es que recobramos ese regalo de Dios que trata de decirnos algo.

Siempre eres uno con Dios, siempre eres bienvenido a casa. Porque tu hogar es mi corazón y mío es el tuyo. Somos todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que será.

Ignoremos todo, menos el sonido del silencio, porque es el equipo transmisor receptor, que utiliza Dios para comunicarnos su proyecto.

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