viernes, 24 de septiembre de 2010

Leyenda vida y muerte

Por: Julio Torres.->Suscribete a mi blog, es gratis

La muerte en los seres orgánicos se interpreta como una situación de órganos agotados, como una máquina cuando se encuentra en mal estado, va a terminar por dejar de funcionar.

El corazón es una máquina de vida, pero no solo la lesión del corazón es la que produce la muerte, el corazón solo es una de las partes esenciales.

La materia inerte se transforma en otras cosas, el principio vital vuelve a la masa, cuando muere el ser orgánico, los elementos que lo forman entran en nuevas formas.

Se dice que los seres vivos lo que hacen es tomar del origen universal, el principio de la vida, lo absorben y lo asimilan, para devolverlo a aquel origen, cuando termina su existencia.
De cualquier manera que tratemos de describir la vida y la muerte considero que solo podemos especular de manera general un fenómeno que por siempre nos intriga.
En algunas disciplinas para sicológicas se dice que la diferencia entre la vida y la muerte es solo la existencia de la “fuerza vital de vida” que determina cuando se está vivo y cuando ya no.
Esa “fuerza vital de vida”, es comparable al efecto que se presenta cuando una lámpara productora de luz, que se alimenta con energía eléctrica y si le acercamos fuego la destruimos.
Un vez destruida esa lámpara, podemos retirar los restos, y de manera imaginaria seguimos los hilos conductores de electricidad hasta llegar al dínamo productor de esa energía.
 Comprobamos que no se ha perdido esa fuerza que hace que la lámpara produzca luz, y entonces colocamos una lámpara nueva y obtenemos luz, ahora estamos seguros que la fuerza no se ha perdido.
Que pasa si colocamos a una persona dormida en una cama y al lado en otra cama similar colocamos a otra persona que sabemos ha muerto hace unos instantes.
La temperatura de ambos cuerpos puede ser similar, quizás si se pudiera hacer una extracción de sangre a los dos, es posible que no se encuentren diferencias.
Probaríamos con un alfiler tocar el pié de uno de ellos y el que solo está dormido, de inmediato despertaría, y el que sabemos que está muerto no respondería a estímulo alguno.
Que hace entonces que uno responda y el otro no, y la mejor respuesta que he encontrado es esa “fuerza vital de vida”, uno la tiene y el otro no la tiene.
Parece que el texto del génesis  resuelve el problema  por medio de la hermenéutica, declara que Dios tomó una porción de barro, creó al hombre y después le sopló en la nariz el aliento de vida y él vivió.
Ese aliento de vida parece que se transporta por medio del aire, es decir, que en el momento del nacimiento, cuando aspiramos la primera bocanada de aire obtenemos esa  “fuerza vital de vida”.
Ahora ya somos autónomos en función de la vida, aunque no de conducirnos porque vamos a necesitar de mamá y todo lo que ello implica.
Aquí no podemos hacer el experimento de llegar hasta el dínamo, porque no hay manera de conseguirlo, solo vamos a entender  que esa “fuerza vital de vida” es  algo divino.
Es posible que alguna vez lo entendamos, pero creo que lo mejor será tratar de entender cada uno de nosotros a su manera esa fuerza vital de vida y si coincidimos en la apreciación.
Es posible que existan muchas teorías en función de la vida y de la muerte, lo escrito es como lo entiendo, pero estoy abierto a las opiniones diversas que se puedan encontrar.

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