viernes, 15 de abril de 2011

Leyenda y el destino

Por: Julio Torres

En efecto, la verdadera libertad es cuando dominamos nuestro ser interno que es el único que puede modificar o estructurar nuestro destino, ninguna otra cosa  lo consigue.

Alegóricamente decimos que, el alma esta unida a cada uno de nosotros, semejante a un singular pájaro que no puede volar porque lo hemos encerrado en nuestro cuerpo.

Algunos creen que el destino ya esta escrito de antemano antes de nacer, y que nada se puede hacer para modificarlo, también hay quienes gustan de desafiar a ese destino.

Dicen también que ese destino se puede cambiar a su antojo, y hasta afirman que  pueden cambiar el de otra persona, las formulas y sortilegios ocupan una buena cantidad de tomos.

Un autor afirma que de ninguna manera es simple como lo aseguran, y suponiendo que un alma va a encarnar por primera vez, prácticamente es un libro en blanco, no existe antecedente, no hay Karma anterior.

El karma es la relación causa y efecto o efecto y causa, simplificando, si no hay causa, no puede haber efecto, pues, todo efecto se convierte en causa de otro efecto.

Podemos imaginar que hoy he sido creado, mejor dicho, que Dios ha creado hoy mi alma y me indica: “Configura un camino y arma las piezas que necesitas para crecer”.

“Quiero que vivas una buena experiencia terrenal, elige quienes van a ser tus padres y cual es el camino que te conviene seguir, tu debes trazar tus senderos”.

No se trata desde luego que existan muchos destinos en nuestro camino, el destino es solo uno, lo que hay son matices diferentes, si todo fuera rígido, nadie sería libre.

Nacemos libres, por lo menos eso dicen los filósofos, de otro modo parecería que nos envían a este mundo con un mapa adjunto a nuestra vida y podríamos escoger el camino a seguir.

Todos caminamos a nuestro modo, bien o mal, triste o contento, calmado o furioso, el asunto es que en los caminos que recorremos vamos a aprender, con aciertos y equivocaciones.

Si no existiera la oscuridad, la luz tampoco existiría, sin lágrimas la risa no se puede disfrutar, muchas veces los extremos se juntan, todo es cuestión de grados, sin lo bueno y lo malo no existiría el equilibrio.

“El destino esta marcado”, eso dicen algunas personas, y eso ocasiona que muchos se sienten a esperar que todo ocurra y que “alguien” lo arregle o lo arruine todo, para tener un culpable.

Los mapas del destino debemos tratar de entenderlo cada uno de nosotros, como si se tratara de un manual de operación, pero es indispensable estudiarlo, ese es el secreto.

El mapa contiene la configuración de tierra y mares, caminos y puentes, ríos y lagos, y aparecerán desiertos con vientos a favor y en contra, sin faltar los laberintos de bosques.

Lo importante es que el destino solo nosotros mismos lo tenemos que construir, y parece que no se admiten destinos de segunda mano, todo lo debemos construir nosotros mismos.

La recomendación es entonces, dominar los miedos que crean enemigos donde no los hay, evitar el odio transformándolo en amor que solo ponen cercos a la libertad.

Cada uno de nosotros, posee un alma unida a este cuerpo, sin olvidar que es prestado por poco tiempo, y solos nosotros debemos encontrar el camino, el mejor camino es responsabilidad personal, no culpemos al destino de los errores propios.

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