miércoles, 19 de enero de 2011

Leyenda y los ciclos vida

Por: Julio Torres

La para sicología se ha empeñado en tratar de descubrir la verdad sobre los ciclos de vida y hay quien inclusive menciona la existencia de vida entre las vidas.

Existe una disciplina que afirma que dicho ciclo se mide en 144 años, comprendidos a partir del día que nace una persona y hasta el día en que vuelve a nacer.

Por ejemplo, que si una persona vive 80 años, de acuerdo a esta teoría, habrá de permanecer en ese lugar intermedio los 60 años siguientes para volver a nacer.

Otros sostienen que, en ocasiones el alma reencarna de inmediato, y que estos intervalos pueden ser desde algunas horas hasta miles de años.

De manera que mientras permanece en lista de espera se convierte en un alma errante hasta que le puedan entregar la bitácora de su nuevo destino.

Hay algo en lo que todas las disciplinas parecen converger y es el punto donde ninguna habla de exactitud, todas marcan que no hay límite extremo señalado al estado errante.

Una  alma puede siempre volver a empezar una existencia que le servirá de purificación, solo que habrá de esperar su turno como sucede en esta vida.

Las almas saben perfectamente lo que hacen, y piden la prolongación o no del estado en que se encuentran para proseguir ciertos estudios.  

Existen varios niveles de grados, entendamos que el estado natural de las almas es estar desprendido de la materia, tomaremos la encarnación como un estado transitorio.

Se dice que las almas errantes estudian su pasado e indagan los medios de elevarse, y observan lo que ocurre en los lugares que recorren.

Escuchan los discursos de los hombres ilustres y las advertencias de las almas elevadas y todo esto es alimento para las ideas que no habían descubierto.

Existen personas muy celosas de este mundo que al dejar esta vida, no abandonan todas sus malas pasiones, aún viendo sus inconvenientes.

Parece que al abandonar esta forma de vida se desprenden de ese defecto, después de salir de la tierra, les queda, sobre todo a los que han tenido pasiones dominantes, una especie de atmosfera que les rodea y les conserva todas esas cosas malas.

Solo en ciertos momentos el alma puede ver la verdad de que ya no está en el mundo anterior, es por eso que continúa presa de vicios y pasiones durante algún tiempo.

Finalmente comprende la verdad de su estado actual, puede adquirir algún progreso siempre que su voluntad y su deseo así lo determinen.

Son felices según están más o menos desmaterializados, en estado errante, pueden percibir lo que  falta para ser dichosa y entonces busca los medios para conseguirlo.

El asunto es que no siempre les es permitido reencarnarse a su gusto, algunas veces se interpreta como castigo.

Mientras comprendemos mejor este fenómeno, me quedo con la teoría de los 144 años entre una vida y la siguiente.

Fascinante resultará cuando investiguemos lo que ocurre entre las vidas, pronto lo conoceremos.

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