lunes, 17 de enero de 2011

Leyenda del beso

Por: Julio Torres

Cuando se viaja a la ciudad de Guanajuato, patrimonio de la humanidad, la visita obligada es sin duda al callejón del beso.

Todo comienza al agregarse a lo que llaman: “Callejoneada” que significa hacer un recorrido por las calles de esa hermosa ciudad acompañado de la música de las “estudiantinas”.

Esas “estudiantinas” son grupos de jóvenes en el orden de 7 a 10 integrantes y en otros son más, con lo que optimizan el sonido maravilloso que entregan.

En principio la cita es frente al teatro Juárez a las 8 de la noche y comienza el recorrido escuchando muy bellas melodías, caminando por esas calles estrechas de la ciudad.

No recuerdo cuantas canciones interpretan a lo largo de la caminata, pero les aseguro que en ningún momento nos dan descanso y la verdad que el caminar por esos callejones resulta vivificante.

La alegría que esos jóvenes imprimen a sus interpretaciones produce el envío de la imaginación a nuestros años juveniles cuando la vida es realmente maravillosa.

Muchos son los atractivos que la ciudad colonial de Guanajuato nos ofrece, sería muy largo enumerar cada uno de ellos, lo que pretendo es animarle a usted a que visite esa ciudad.

Al llegar al famoso callejón del beso, son niños los que se encargan de narrar la historia  o leyenda que de ese lugar se cuenta, pero lo hacen muy a su manera, con la simpatía y el candor de que solo son capaces los niños.

La cercanía de las ventanas de una y otra casa y lo estrecho de la calle hacen posible que lo narrado en esta leyenda sea real, pues los enamorados lograban “robarse” un beso discreto.

La imaginación que esos niños imprimen a su narrativa hace que todo lo dicho por ellos resulte una hermosa historia muy cercana a una realidad.

Lo maravilloso es que el ambiente en si que se respira en la ciudad es en verdad una carga de misticismo e historia que fascina a propios y extraños.

No importa si el relato es verdad o mentira, lo importante es el ingenio que los niños que hacen la narración sea muy rica en detalles y muy graciosa.

La ciudad y sus habitantes están acostumbrados a recibir visitantes en todo tiempo, de manera que, siempre tienen algo nuevo que ofrecer al turismo nacional e internacional.

Guanajuato es cuna de nuestra cultura y de nuestra independencia, casi puedo asegurar que  sin sentirlo nos vemos en esos años en que la fiebre de la plata inundaba a toda la ciudad.

En esta ciudad existen visitas guiadas muy ricas en vivencias, la narrada es solo una de ellas, recomiendo cualquier itinerario, felicidades.

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