jueves, 27 de enero de 2011

Leyenda y el juicio

Por: Julio Torres
Una publicación de los años ochenta, impactó en la idea personal en función de lo que ocurre o debe ocurrir al cruzar el portón de la vida.
Todos los textos en este sentido afirman que al cruzar esa línea, es presentado ante un jurado que tomará en cuenta cada situación y acción del presentado durante su vida.
En una de las narrativas del texto al que me refiero, trata de una persona que experimenta la hipnosis regresiva, y durante el relato, dice que intenta negar lo que una especie de fiscal afirma en el proceso.
Sin embargo, describe que aparece una especie de pantalla gigante con imágenes que muestran la historia de su vida, de manera que no puede seguir intentando mentir.
En tiempos remotos de la India y Egipto, hablaban de esto, juzgaban a quienes morían y lo presentaban al pueblo reunido, y recitaban algo muy impactante que describo ahora:
“Seas quien fueres, señor o vasallo, rico o pordiosero, ha llegado la hora de hacer justicia, vas a dar cuenta al mundo de tus acciones”
¿Qué has hecho durante el curso de tu vida? ¡La ley te interroga! ¡La patria te oye! ¡La verdad te juzga y la posteridad va a inscribir tu sentencia en los anales del tiempo!
¡Aquí tenéis su cadáver! ¡Antes de rendirle los últimos honores, veremos si fue digno de ellos! ¡Ahora está frío, inerte, ya no puede aterrar a los que hubiere injuriado!
¡Que todo aquel que le crea culpable, tome la palabra y lo acuse! A quien haya ofendido directa o indirectamente, que se levante y hable, si todos guardaban silencio, se ordenaba entonces honrar sus cenizas.
¡Que todos los aromas que en otros tiempos te dio el reino vegetal y que simbolizan las flores que adornan el féretro neutralicen tu corrupción!
Que el perfume de tus virtudes destruya los defectos de las debilidades inherentes a la naturaleza humana ¡Se desde ahora purificado por la muerte!
Que el recuerdo de tus defectos se pierda en presencia de la tumba en que reposas, para que solo pensemos en tus virtudes.
Más feliz que nosotros, te encontrarás libre de los brazos de la duplicidad, de la lisonja, de la intolerancia, de la hipocresía y de la mentira.
Que el alma de nuestro amigo al llegar a su habitación celeste, reciba un lugar eterno, como los vapores que emanan del incienso hacia las alturas y se le conceda la recompensa del justo.
Al final pronuncian: Ha llegado el momento de entregar al sepulcro los restos de nuestro amigo, y debemos acompañarlo más allá de la tumba en el orden prescrito por la naturaleza.
Tal parece que siempre se ha sabido lo que ocurre al cruzar el portón, creo que siempre se ha mencionado el asunto de un juicio, solo que en muchas experiencias con hipnosis regresivas se manifiesta que no existe ni castigo ni absolución.
Lo que existe, de acuerdo a la hipnosis, es una especie de “menú” que el enjuiciado debe elegir para “pagar” sus faltas regresando a una nueva vida y padecer lo que elija del menú.
Dejo sobre la mesa este asunto, pronto encontraremos nuevos datos.

No hay comentarios: