lunes, 5 de julio de 2010

Leyenda y verdad de la purificación

Por: H. Alcalá

La purificación con agua ha sido desde tiempos remotos la práctica más común para lograr “limpiarse” de cualquier cosa.

Los antiguos misterios establecían la purificación por medio del agua, para enseñar que todos debían purificarse el alma, de todos los errores y vicios de su vida anterior, y renacer a nueva vida de luz y virtud.

Se conocían tres clases de bautismo: por fuego, por sangre y por agua, los mahometanos tenían además abluciones por tierra, lo anterior puede tomarse como leyenda o realidad histórica,

La mayor felicidad para un hindú que está próximo a morir, es exhalar su último suspiro en las olas del río Ganges, en otros lugares, el último día de los años está consagrado a la ablución general.

Otras culturas acostumbran lavar muy bien el cuerpo antes de sepultarlo con un gran ritual, era como tratar de regenerar el alma.

En principio el bautismo cristiano se administraba a los adultos, acompañado de ceremonias simbólicas y exhortaciones cariñosas.

Se impregnaba aceite en el pecho para simbolizar que debían ser como atletas, siempre prontos a luchar por la justicia y la verdad como hijos de dios, y se les vestía con una túnica blanca para expresar la santidad de la vida que debían observar.

El bautismo, como símbolo o sacramento, ha existido desde muchos siglos antes de nuestra era, se conocía en Egipto, Persia e India y hoy, emplean la misma ceremonia para encontrar gracia delante del creador.

Es un error atribuir a cualquiera de las sectas religiosas contemporáneas la creación del bautismo; ni el judaísmo, ni el protestantismo, ni aún el cristianismo lo iniciaron, Juan no era cristiano cuando bautizó a Jesús.

La purificación, emblema natural para disponer el alma al arrepentimiento y a la práctica de las virtudes es de la más remota antigüedad y se encuentra en los ritos de casi todos los pueblos por medio del agua de purificación.

Se conocían tres clases de bautismo: por fuego, por sangre y por agua, los mahometanos tenían además abluciones por tierra, lo anterior puede tomarse como leyenda o realidad histórica, que nos ilustra de manera puntual para entender el concepto del bautizo.

Hoy día, cualquier persona que se dedique a conducir ceremonias de cualquier religión, por sistema debe limpiarse, lavarse o bañarse o como se le quiera llamar, pero debe hacerlo para estar “limpio”.

Limpio de pecado en ese momento, limpio de cuerpo para servir de intermediario de la divinidad o simplemente limpio físicamente por medio del agua.

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