sábado, 17 de julio de 2010

Leyenda y las leyes progresivas

Por: Julio T.

El espíritu errante es un ser que piensa y actúa por su libre voluntad, la conciencia de si mismo es el atributo principal del espíritu.

El espíritu del animal es clasificado después de la muerte por quienes de ello están encargados y casi en seguida es utilizado, no tiene tiempo de ponerse en relación con otras criaturas.

Todo se encadena en la naturaleza por los lazos que no pueden ver todavía, y las cosas en apariencia más disparatadas, tienen puntos de contacto que nunca llegará a comprender el hombre en su estado actual.

Puede entreverlas por un esfuerzo de su inteligencia, pero solo cuando ésta haya adquirido todo su desarrollo y se haya liberado de los prejuicios del orgullo y de la ignorancia, podrá ver claramente la obra de Dios.

Hasta entonces sus ideas limitadas le harán ver las cosas bajo un aspecto mezquino y restringido, entiendan bien que Dios no puede contra decirse, y que en la naturaleza todo se armoniza por medio de leyes generales de sabiduría divina.

La tierra no es el punto de partida de la primera encarnación humana, el periodo de la humanidad comienza regularmente en mundos más inferiores.

Lo cual no es una regla absoluta, y podría ser que un espíritu, desde su principio humano, fuera apto para vivir en la tierra, este caso no es frecuente y constituye más bien algo excepcional.

Durante algunas generaciones, puede haber un reflejo más o menos pronunciado del estado primitivo, porque nada sucede en la naturaleza por transición brusca.

Siempre existen eslabones que ligan la extremidad de la serie de seres y acontecimientos, pero semejantes vestigios se borran con el desarrollo del libre albedrío, los primeros progresos se realizan poco a poco.

No están todavía secundados por la voluntad y siguen una progresión más rápida a medida que el espíritu adquiere más perfecta conciencia de si mismo.

Hay cosas que solo a su tiempo deben llegar, el hombre es en efecto, un ser excepcional, porque tiene facultades que lo distinguen de los demás seres, y tiene otro destino, la especie humana es la que Dios ha elegido.

Las leyes progresivas, son un tanto complejas, pero como se trata del orden divino, habremos de leer y releer cada uno de los aspectos para finalmente sacar una conclusión que nos permita discernir sobre el tema de manera eficaz.

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