domingo, 30 de octubre de 2011

Cuando vuelva

Mucho se ha escrito sobre el tema de, si en verdad existe un regreso a una nueva vida o a una nueva encarnación, y cuando ocurre el fallecimiento de un ser querido, se incrementa de manera considerable esa posibilidad.

Tal vez el tema resulte muy polémico, pero no deja de ser importante reflexionar sobre él sin ánimo de parecer reiterativo, simplemente, aplicar la libertad que nos es otorgada por el simple hecho de ser parte de este universo.

Personalmente, no considero que al morir todo se pierda, no acepto esa lógica, tampoco acepto lo ofrecido por las religiones que aseguran la vida eterna, porque entonces que caso tiene el sufrimiento de la vida.

Se dice que el cuerpo humano es una especie de cárcel, además debemos aceptar con resignación la suerte o la vida que nos ha tocado vivir, pero en lo personal también me parece injusto.

La pregunta es: ¿Por qué a mi vecino todo le sale bien y a mí todo se me dificulta? ¿Qué es lo que ha hecho mi vecino y como supo lo que debía hacer?

Como vemos, estas y otras preguntas son las que se encuentran en el aire y la verdad no creo ser el único que presente estas dudas, entonces, eso me obliga a buscar respuestas convincentes y no respuestas que me obliguen a ejercer un acto de fe.

La aceptación de la voluntad divina la respeto, pero no estoy de acuerdo, lo que me deja la vida a estas alturas, es que me he equivocado muchas veces, lo cual ha sido la causa de la ausencia de los triunfos necesarios para mi proyecto de vida.

Puedo asegurar sin temor a equivocarme que siempre he hecho las cosas buscando el bien y la tranquilidad de mis seres queridos y la de mis amigos, solo que en ese caminar he tenido que equivocarme de acuerdo a las circunstancias, eso es lo que ha retrasado el triunfo.

La pregunta es entonces: ¿Qué hacen quienes si triunfan y logran lo que han imaginado?, ¿Quién les ayuda y porque no me ayuda a mí? ¿Qué me falta por hacer?

Oportunidades han sobrado, pero por sistema ha ocurrido que en el último minuto resulto desplazado con métodos no esperados, y tengo que conformarme con los resultados no favorables.

Sin embargo, creo que debe haber una respuesta a mis interrogantes pero no las encuentro, he tomado la determinación de aceptar las cosas como se presentan, hoy entiendo que eso es lo que debo aceptar para vivir.

Por lo pronto he decidido no preocuparme más de este asunto, me propongo diseñar lo que puede ser mi regreso, que cada día que pasa, la seguridad de que regresaré se incrementa con esperanza de corregir lo que en esta oportunidad ha fallado.

Estoy convencido de que regresaré, estoy convencido que a mi regreso me equivocaré menos, estoy convencido de que de alguna manera utilizaré un “apuntador electrónico” o de cualquier tipo, que me permita escuchar con claridad el próximo guión de mi vida.

Estoy convencido de que cuando vuelva, de alguna manera cumpliré lo proyectado en esta, y por lo pronto, pido perdón a quienes perjudiqué de alguna forma, solo declaro que si cometí faltas, nunca lo hice con dolo o mala fe.

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