domingo, 2 de octubre de 2011

El justo medio

Desde siempre me he considerado un admirador de la ciencia, primero por los grandes beneficios, aportados para hacer la vida del ser humano muy placentera y eficaz.

Desde hace unos 30 años, un evento ocurrido a mi familia, me entregó en los brazos de los asuntos de un mundo que no termino de conocer, me fascina tanto como la ciencia.

En esta primera década del siglo XXI, las investigaciones científicas en asuntos ubicados junto a la psicología, se han incrementado favorablemente, en la búsqueda de respuestas a todo aquello que parece fantástico o simplemente incomprensible.

Mucho he hablado en estos reportajes con respecto al concepto “alma”, desde el momento en que tuve conocimiento de ello, no he abdicado en la búsqueda de datos que soporten el método científico.

Muchos son los textos que he tenido que estudiar, y a la fecha es muy poco lo que se puede comprobar, como lo indican los últimos descubrimientos, donde algunos científicos han concluido que pudiera, sí existir.

Las pruebas se han realizado en base a los usos y costumbres de México o de su pueblo, sobre todo lo que pudo haber pasado a nuestros antepasados, en los asentamientos teotihuacanos, otomíes, mayas y el resto de nuestro territorio.

Paralelamente, los científicos han hecho su trabajo, intentan descubrir el punto medio entre lo real y científico, con la verdad filosófica que siempre lo ha intentado y jamás conseguido.

Con buena voluntad parece que muy pronto surgirán los datos que permitan recorrer y analizar cada rincón de nuestra patria, con la ayuda de los mismos alumnos, quienes se contratan en funciones de investigación.

Tal vez si habilitamos una retrospectiva de los últimos cien años, sea posible volver a vivir aquellos tiempos, nadie podía imaginar entonces, que seríamos esclavos de todo cuanto se ha descubierto en los últimos años.

Este es el milenio de la comunicación, todo cuanto sucede a nuestro alrededor, lo conocemos casi al instante mismo en que se produce, entonces no veo la razón por la cual deban estar separados los científicos y los psicólogos.

Si ellos se unen, podemos estar seguros de que muy pronto hablaremos del alma, como si se tratara de un dolor de espalda, es decir, se requiere esa comunión de ambas especialidades que nos permita encontrar las mejores respuestas.

Los grandes descubrimientos en el avance de la medicina, se lograron gracias al trabajo de ingeniería: Mecánica, eléctrica y electrónica, junto a la sabiduría en la ciencia médica.

No veo razón por la cual no se puedan poner de acuerdo representantes de la ciencia médica y quienes han dedicado parte de su vida en estudios sobre los asuntos de la vida después de la muerte.

Un terreno que considero fértil y que puede entregar resultados impresionantes, si se trabaja con la seriedad debida y saber que pasa cuando el cerebro deja de funcionar.

Muchos son los relatos emitidos por pacientes que involuntariamente les ha tocado vivir esa experiencia, que han arrojado infinidad de datos, tendientes a descubrir la realidad de lo que ocurre en ese intervalo entre la vida y la muerte.

Con un poco de tiempo más, podríamos saber no solo que es lo que ocurre en momentos como el descrito entre la vida y la muerte, tal vez con un segundo esfuerzo se logre saber que es lo que pasa más allá y encontrar el justo medio.

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