martes, 11 de octubre de 2011

El poder de ser feliz


En primer lugar es necesario estar en paz con uno mismo, debo creer en mí, debo recuperar la fe, todos tenemos el mismo poder para ser felices, siempre se puede ser feliz en cualquier lugar, el problema no es el lugar.

El poder de ser feliz esta más cerca de lo que creemos, solo se requiere recuperar la fe, poco a poco, hasta volver a tener esperanzas, ilusiones y alegrías.

Muchas veces, dicen por allí que todo vale la pena, hasta aprender después de muerto, aunque la muerte no existe, bueno, trataré de ser más claro.

Se dice que poseemos un alma que la divinidad nos regaló al nacer, tomamos un cuerpo, que al crecer va madurando, envejeciendo, lo abandonamos y regresamos a lo que identificamos como cielo.

Luego, llega el momento de volver a nacer y así sucesivamente, eso es transmutar, hay una parte que muere y una que nace, es la que libera el alma y luego regresa a su estado natural.

Nuestra alma es siempre la misma, ella es la que vive eternamente, cada cuerpo que tomamos es como un cambio de ropa, lo que vale es lo que se aprende al transitar en cada existencia.

La experiencia de vida es lo que vale la pena llevar dentro del alma, es lo que mueve a comentarios como el siguiente: ¡Que buena alma tienes! Porque vibra, porque brilla con una gran luz.

Esa gran luz tiene un gran valor, ese es el amor, cuando amas y te has dejado amar, es maravilloso, el amor siempre muestra el gran sendero, es el motor que nos invita a seguir.

El amor nunca nos conduce por un mal camino, a veces pensamos que nada hemos aprendido, lo que sucede es que solo se aprende mientras estamos vivos, lo aprendido en otras vidas, permite resolver con mayor facilidad en la vida presente.

Pregunto: ¿Por qué no aprendemos todo en una sola vez? ¿Por qué tenemos que vivir con una mente que nos hace todo mucho más difícil? ¿Por qué no permanecemos solo como almas?

Cuando se vive, se tienen experiencias y al aprender se obtiene felicidad, es posible que no todas las vidas que vive un alma sean las más tristes, ni las más alegres, son pruebas.

Muchas veces al reflexionar en estos asuntos, no se comprende como hacer para vivir sin tantos laberintos, y poder encontrar la salida sin lastimar y sin lastimarnos.

¿Cómo hacer que en mi camino encuentre a alguien interesante, que me acompañe en algunos tramos en cualquiera de los senderos? Que me permita más alternativas y evitar el extravío.

Muchas veces, estar detenido en el tiempo no es retroceder, el asunto es encontrar la claridad, esa claridad siempre existe, todo el tiempo se puede hacer el juego de la vida más fácil.

Cuantas veces perdemos demasiado tiempo buscando la mejor solución, es posible que esa sea la causa del problema, eso ocurre cuando nos comportamos muy exigentes con nosotros mismos, pecamos de meticulosos.

El poder de ser feliz exige no pensar mucho una jugada, hay que poner acción con cierta rapidez, porque la intensión sin acción, se queda en ilusión.

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