martes, 19 de octubre de 2010

Leyenda y los mundos

Por: Julio Torres

Muchos relatos, teorías y hasta temores he escuchado durante mi vida sobre lo que será el paso inminente hacia otro plano de vida cuando esta se termine.

La orden Rosa cruz ofrece grandes enseñanzas con la ventaja de que cada una de las teorías resulta altamente confiable, lo que garantiza la credulidad.

La masonería en su nivel filosófico no se queda atrás, muchos son los grados que se encargan de despejar aquellas incógnitas que nos aprisionan y hasta nos fanatizan.

Las experiencias vividas con personas que practican el espiritismo, de alguna manera me  permitieron  comprender mucho de lo que se utiliza para infundir temor hacia lo desconocido.

El efecto vida y muerte o muerte y vida, han tomado un excelente giro, es posible ahora comprender que ambos efectos o fenómenos solo son Procesos definidos, solo es una transición.

Ese algo no es otra cosa que el concepto divino que por alguna razón nacemos y crecemos con él y aunque las religiones luchan muchas veces por confundir para traer “agua a su molino”.

Es muy importante acercarse a personas y grupos que de ello se encargan y al final tratar de obtener o entresacar lo que mejor se entienda para comprender mejor la vida.

Todo saber, todo conocer, toda opinión o teoría, debe someterse a juicio a nivel propio, nada se debe descartar, toda teoría es valiosa, pero todo debe analizarse, nada debe quedar en duda.

El mundo que ofrece la comunicación espiritual permite comprender muchas cosas, pero siempre debe hacerse con firmeza y sin atributos más allá de la realidad.

El resultado de las experiencias que he plasmado en estos escritos, ofrece una conclusión,  tratar de diseñar o estructurar lo que en teoría sería la tarea después de esta vida.

Observé en las meditaciones espirituales que en ninguna entidad se apreciaba desesperación, miedo o temor alguno, es más, casi en todas ellas se percibe una tranquilidad que se antoja.

Es posible que existan entidades malas o poco agradables, pero en esta vida existen también personas malas o poco agradables, que nos hacen daño sin explicación alguna.

Muchas veces sin saber porqué, alguien nos agrede solo por el placer de hacerlo y de alguna manera le hacemos frente o le damos la vuelta.

El mundo ahí arriba, o abajo, o al lado, no importa donde se encuentre, indica que es igual que este mundo que estamos viviendo.

La conclusión que entrega la experiencia de lo aprendido converge a un solo punto, conducirse con verdad, evitar el daño a terceras personas, manejar la prudencia sobre todo con los niños.

El respeto a la mujer ocupa un renglón fundamental, bajo ninguna circunstancia se justifica la agresión a nada y a nadie, todos procedemos del mismo tronco, Dios no es distinto para cada religión.

El comunicarse con los santos, aunque es criticado, no se justifica dicha crítica, solo es una forma de conectarse con ese mundo que no vemos y el no verlo para nada significa que no exista.

Entonces, si existe ese mundo, todo es válido para ejercer contacto, la forma de hacerlo es derecho de cada persona y si un santo es adorado en exceso, quien lo adora tiene razón.

Se habla del ángel de la guarda, el protector o alguien que siempre está cerca de nosotros, es bueno hacer caso a lo que nos dice, o si quiere entenderse como sexto sentido, se vale.

Lo que importa es entender que si existen ambos mundos, y al aceptar esta teoría, se van a comprender muchas cosas en verdad sorprendentes.


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