domingo, 17 de octubre de 2010

Leyenda y asuntos más complejos

Por. Julio Torres

En función de las reuniones espiritistas que he estado platicando por este medio, debo contar una que me causó una emoción fantástica y por ello me parece muy importante.

Debo aclarar que hasta antes de esta reunión, mi escepticismo era considerado exagerado y aunque ya había vivido experiencias enormes, todavía quedaba por ahí una que otra duda.

En una reunión convocada para un enfermo, sucede que de momento comienza a hablar una entidad que decía conocerme desde siempre y la verdad es que ninguna noticia tenía de ello.

Insiste la entidad en afirmar que yo lo conocía muy bien y que dejara de negarlo, que  habíamos nacido en el mismo pueblo, me dijo su nombre, pero, la duda seguía, del el no sabía nada.

Al parecer esto le molestó de tal manera que alteró el orden en la meditación a tal grado que los asistentes hicieron algunas inadecuaciones y de momento surge la voz de quien dijo ser Cipriano.

Nunca en la vida había escuchado el nombre de Cipriano como santo, de manera que me mantuve a la expectativa mientras los asistentes rezaban y le comunicaban a San Cipriano algunas cosas.

San Cipriano hablaba de una puerta hacia otra dimensión, señalando una puerta real, pero que solo conducía a una especie de alacena, por lo menos se utilizaba como tal.

A este tiempo no recuerdo exactamente cuales eran los rezos ni las peticiones que se hicieron en ese momento, pero la alarma era general y se probaba uno y otro rezo pero sin éxito.

Recuerdo que Cipriano gritaba y le ordenaba a uno y otro de los asistentes, de los más preparados desde luego, cambiar las oraciones bajo una forma que aprecio ahora que obedecían a un orden.

Claro es que en ese momento como neófito en la materia no alcanzaba a comprender cual era el verdadero peligro, de modo que me mantuve como espectador.

Después de algunas acciones que considero no se deben divulgar por lo complejo, y que solo quienes lo conocen más puntual deben hacerlo, yo solo digo lo que recuerdo.

Debo mencionar que este hecho ocurrió hace más de 30 años, eso es lo que me impide recordar cada uno de los detalles, pero lo importante es que son sucesos reales, dignos de aceptarse.

Existen varios textos que hablan de San Cipriano y hablan también de santa Justina que según los relatos, Justina es quien desencadena la razón por la que Cipriano el mago se convierte al cristianismo.

Algo que recuerdo de Cipriano el Mago es que dicen dejó infinidad de libros de hechicería producto de las maravillas propias que ejecutó en su época de mago.

Que ejercía un poder formidable sobre los espíritus infernales, que le obedecían en todos sus mandatos y que llegó a efectuar grandes encantamientos.

Esta fue la única ocasión en que los preparativos para la meditación fueron vigilados en forma exhaustiva y los resultados fueron excelentes, pues el paciente experimentó un gran alivio.

Lo anterior me obligó a buscar antecedentes de Cipriano el mago y encontré algunos textos que hablan sobre el y sus hazañas, son libros que están a la venta en muchas librerías.

Debo reconocer que de no haber ocurrido lo relatado, quizás nunca me hubiera interesado escudriñar en estos asuntos que siempre los califique de falsos, hasta que Cipriano se presentó.

Existen grupos a lo largo y ancho del planeta que de esto saben mucho, vale la pena consultarlos y aprender, y como he dicho antes, no tengo argumentos para negar la existencia de ambos mundos en forma paralela.

Nosotros estamos aquí y ahora, después estaremos allá y quizás volvamos a estar aquí nuevamente, no hay duda de que las experiencias vividas ahora, van a servir para el futuro.

Mientras tanto, vivan y experimenten, estudien y sean fuertes, mucho es lo que nos falta por saber y la verdad 
es lo que nos hace libres.


No hay comentarios: