sábado, 13 de noviembre de 2010

Leyenda y rumor

Por Julio Torres

Los rumores no siempre son bien intencionados, es más, unas veces resultan hasta trágicos, y esto me conduce a tratar de encontrar alguna razón por la cual existen.

Parece que las técnicas publicitarias que hoy en día nos dominan nacieron del fundamento de los rumores, no se si usted que esto está leyendo haya sufrido lo que padezco hoy con mi nieto.

Basta que alguien le diga que si no compra tal o cual marca de patineta está fuera del grupo de los expertos en patinaje con la serie de nombres que cada movimiento está establecido.

Entonces resulta que se vuelve para él una obsesión el adquirir tal o cual producto y si no lo consigue, aquello se convierte en la mayor frustración.

Lo mismo ocurre con las predicciones que hacen muchas personas, todas ellas respetables, sobre los sucesos futuros que no siempre son halagadores, ya que solo impregnados de un determinado sensacionalismo es que causan impacto.

Quiero referirme a unos datos que han estado circulando por la red y que quizás quiera usted consultar, agrego el enlace por si su curiosidad se lo pide:


Es interesante lo que en ese enlace se divulga y la verdad es que me ha puesto a pensar de alguna manera.

Habla de acontecimientos que ocurrirán hacia los próximos dos años y creo que vale la pena tomar en cuenta lo que ahí se comenta.

Avalan lo dicho con datos históricos de distintos países del mundo y no dan lugar a dudar de lo que está escrito.

Por el momento lo califico como un rumor con todas sus características y que quizás en muchas personas tome dimensiones de realidad sin analizar el contenido.

El tema del rumor lo he tomado por razón de que una persona se acercó a mí para preguntar si algo sabía de un desalojo multitudinario en una zona habitación.

Solo me concreté a contestar si existía algún antecedente que pudiera reforzar lo dicho, pero nada existe, de manera que todo lo califiqué como un rumor.

Pero el daño ya está hecho, la gente que supuesta mente resultaría afectada, lo está sin remedio, pero por el efecto del rumor y no por una realidad.

Debo señalar que siempre me he conducido con la esperanza de que la verdad, cualquier
a que esta sea, y aceptarla con dignidad, deseo intensa mente, que a usted querido lector, los rumores le hagan: los mandados.

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