lunes, 15 de noviembre de 2010

Leyenda y la soledad virtual

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Por: Julio Torres

Me parece que nunca estamos solos en verdad, por lo menos yo siempre percibo la presencia de alguien, ya sea cuando circulo en el automóvil o simplemente cuando camino solitario.

Estoy convencido que nunca estamos solos, sin embargo, existe mucha gente que sufre cuando no tiene a nadie cerca e inclusive llegan a brotar las lágrimas si explicación alguna.

Los conceptos cielo e infierno siempre los he considerado como algo etéreo, explicarlo creo que no conduce a nada, primero habría que considerar que en verdad existe ese otro mundo.

Ese mundo en el que nos alojamos cuando ha terminado nuestra historia en el mundo de la vida, parece que no acudimos a ningún sitio específico, la imaginación de los escritores es quien fortalece una y mil ideas sobre este asunto.

Durante muchos años han surgido escritores que dan vida con sus relatos de la otra vida, y su éxito en el cine es evidente y aunque algunas religiones exigen que dejemos a los muertos en paz, lo cierto es que el tema es fascinante.

En el fondo, todos deseamos ser espectadores de fenómenos llamados para normales, sin manifestarlo claro,  pero cuando se presenta un pequeño fenómeno,  si nos asusta o sorprende.

Lo que si puedo afirmar es que a medida que avanzamos en edad, el concepto vida muerte adquiere otra dimensión, tan importante como cualquier otra.

Esta vez elegí un enlace que habla de cómo estructurar una historia de suspenso y lo pongo en sus manos por si les interesa escribir sobre este tema:



He leído y visto en el cine muchas historias que tocan el tema, debo admitir que cada día encuentro más datos, todos ellos muy interesantes, y también entiendo la razón por la cual, algunas religiones se empeñan en prohibir comunicarse con los muertos.


No importa cual sea la realidad, pienso que lo importante es tratar de entender ese mundo que debe ser maravilloso, posible mente más que el que estamos viviendo.


Le llamé a este tema, soledad virtual, para hacer un comparativo del léxico utilizado por nuestros hijos, que con todos los distractores, parecen vivir en un mundo totalmente distinto.   


Coincido con muchos autores en la forma que describen la vida y la muerte, no importa que solo sea fantasía, aunque no me atrevo a calificar de fantasía lo que ellos han visto o vivido.


El habito de la oración es parte de todas las religiones, ¿será entonces que esa es la mejor forma de comunicarse con quienes ya no se encuentran en este mundo?


Se dice que el pensamiento es la conexión con la divinidad,  que solo necesitamos pensar algo, imaginarlo y de inmediato nos conectamos con el ser supremo.


Si lo dicho es cierto, entonces la exigencia es construir puntualmente el pensamiento para que llegue a su destino y solo así se cumpla el efecto deseado.


 Afirmo entonces, que por muy solo que me encuentre, siempre estoy acompañado por los amigos que ya han partido, o por la interpretación religiosa que me ha sido inculcada.


De ahí que la bautizo como soledad virtual, que se parece mucho al momento en que estamos frente a la computadora, sabemos que no estamos solos, hoy más que nunca estamos acompañados.


Lo dicho es parte de la maravilla que nos ofrece el tercer milenio.

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