martes, 8 de noviembre de 2011

El día en que cumplo años


Como un sueño imagino lo que puede ocurrir, cuando nos encontramos en algún lugar de este universo después del momento que conocemos como muerte, alguien se acerca y pregunta si recuerdo que día es hoy.

Es posible que en ese lugar el tiempo no se mida como lo hacemos en este lugar en el que ahora estoy escribiendo, aquí hay un tiempo de dormir y otro de levantarse e iniciar las actividades previstas o programadas.

Aquí todo tiene un momento, el de alimentarse, transportarse, y hasta el momento de hacer el amor, todo se rige por tiempos, somos esclavos de un aparato inventado hace muchos años llamado reloj.

Entiendo que el universo tiene su propio sistema de medir el tiempo y tal vez a la fecha ni siquiera hemos podido entender a conciencia como lo hace, tanto que a través de nuestro tiempo hemos tenido que hacer ajustes y tratar de imitarlo.

Imagino el estar en el plano en el que permanecemos después de la muerte, tal vez el tiempo  ni se mida de ninguna manera, pues se dice que el concepto eternidad allí toma dimensiones especiales.

Que pasaría si en ese lugar alguien me preguntara: ¿Recuerdas que fecha es hoy? Nada menos que el día en que naciste, pero, ¿Tendrá importancia ese hecho?

Alguien trata de comentar algo con el fin de hacerme pasar un rato agradable y me dice: Imagina que hoy tu familia te recuerda por la fecha en que cumplirías años, en este momento se encuentran a la hora del desayuno e imaginando tu actitud al respecto.

Desde luego que están tristes y sienten que la casa parece estar fría y oscura, uno de tus hijos rompe el silencio y dice: No iré a llevar flores al cementerio porque no creo que se encuentre  en ese lugar.

Tu otro hijo manifiesta que en realidad estas dentro de su corazón y que cuando desea comunicarse contigo, solo tiene que recordarte y mirar la foto que guarda en sus cosas personales.

Tu esposa llevará flores al cementerio y después de llorar un poco regresará y buscará la soledad para recordarte, ella también te extraña mucho.

No se si esto que estoy imaginando pueda ser verdad, solo intuyo que debe existir una forma de vida en ese lugar al que acudimos cuando termina nuestro tiempo en esta vida y lo que hago en este momento es disfrutar plenamente lo que recibo.

Estoy consciente de que así son las cosas, hemos de sortear tiempos buenos y otros no tan buenos, tal vez sea porque es la única manera de apreciar los buenos es cuando experimentamos los otros.

Lo importante es, creo, imaginar que existe un lugar a donde permanecemos después de la llamada muerte, y prefiero imaginar que tendré la oportunidad de regresar algún día y corregir lo que no supe hacer adecuadamente en esta ocasión.

Si eso es como lo imagino, entonces, acepto que ocurra lo que tenga que ocurrir, mejor concentro mis pensamientos en lo que estoy viviendo en este preciso momento y que venga lo que tiene que venir.

Hoy comienzo el día con una sonrisa y a enfrentar los dragones que se me pongan al paso y derrotarlos por mi propio bien y dar a mi familia lo mejor de mí, solo por hoy, mañana será otro día.

No hay comentarios: