sábado, 12 de noviembre de 2011

Comprensión humana

La comprensión humana no es simple luz, es voluntad y afectos, el hombre cree con más disposición lo que preferiría que fuera cierto y rechaza cosas difíciles por impaciencia en la investigación.

Muchas veces soñamos que hablamos con nuestros padres que ya han muerto, y de pronto, inmersos todavía en la función del sueño se apodera de nosotros la abrumadora constatación de que en realidad no murieron que todo ha sido una especie de error.

Volvemos a vivir  aquellos momentos bonitos que tanto recordamos con todos los detalles de que somos capaces de recordar, pero cuando en verdad despertamos se emprende un proceso de lamentación.

Algo dentro de nosotros se afana por creer en la vida después de la muerte y no se experimenta el más mínimo interés en saber si hay alguna prueba contundente de que exista.

Por ejemplo, la mujer que visita la tumba de su marido y habla con él de vez en cuando, no es difícil de entender, aunque se tengan dificultades con el estado ontológico, es decir: esa característica y atributos de los seres en general, y en este caso del marido a quien le habla.

Se trata de que los humanos, se comporten como humanos, tal vez un tercio de los seres humanos que habitamos en el planeta hemos establecido contacto en algún nivel con los muertos.

Lo anterior no significa estar dispuesto a aceptar que alguien declara comunicarse con los seres queridos difuntos, sabemos hasta que punto realmente deseamos creer y ejercer un control entre lo que creemos y lo que no.

Entiendo de manera personal que esos sentimientos pueden hacerme presa fácil de una farsa  y hasta de un fraude poco elaborado, esto provoca que de mala gana recurra a mi escepticismo.

Muchas son las preguntas que surgen ante estos temas: ¿Por qué, alguien que ha perdido la vida a manos de un asesino, no nos dice como ocurrieron los hechos que nos permitan buscar la justicia?

Lo que se necesita entonces es que alguien proporcionara una prueba consistente, de que hay vida después de la muerte, con datos científicos que sean capaces de resistir el escrutinio del método científico.

Posiblemente sea mejor la verdad por dura y cruel que se presente, que una fantasía consoladora, pienso que los hechos pueden ser más productivos que la fantasía.

La afición por la muerte o por lo que significa, permanece en alguna parte del pensamiento, es parte de la comprensión humana, aderezada con los sentimientos y el recuerdo de quienes han partido.

Quizá la muerte no sea tan punzante como nos han hecho creer, si como lo han establecido muchos autores, que existe la posibilidad de comunicarse con nuestros seres queridos que ya han fallecido, habremos de esperar a que se puedan obtener datos científicos en este tema y entonces, hasta entonces trataremos de profundizar como se debe.

No hay comentarios: