lunes, 2 de mayo de 2011

Leyenda y el modo de orar

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Por: Julio Torres

 La oración a Dios, siempre le es agradable, y solo pone una condición, que le sea dictada por el propio corazón de quien la pronuncia, lo cual parece ser el secreto para que dicha oración surta el efecto deseado.

El gran poder reside en el pensamiento, esto indudablemente nos conduce a una sola reflexión, que podemos tratar de engañar a Dios, pero engañarnos a nosotros mismos de ninguna manera es aceptable.

Orar es un acto de adoración, rogar a Dios, es pensar en él, acercarse a él, ponerse en contacto con él, entendemos que tres cosas podemos proponernos en la oración: alabar, pedir, y dar gracias.

Quien ora con fervor y confianza, es más fuerte, y Dios le envía buenos espíritus para que lo ayuden, pero no debemos olvidar que lo esencial no es orar mucho, sino orar bien.

Muchas personas creen que el mérito está en lo extenso de la oración, y cierran los ojos a sus propios defectos, quizás lo que pasa es que para ellos la oración es una ocupación,  y no un estudio de ellos mismos.

Lo importante es el modo de utilizar la oración,  Dios sabe muy bien distinguir el bien y el mal, ninguna oración encubre las faltas de la persona.

Las buenas acciones son la mejor oración, valen mucho más los hechos que las palabras, el espíritu del que ora, actúa en virtud de la voluntad de hacer el bien.

La oración reúne a  los espíritus buenos, que se asocian  para hacer el bien, la oración es un auxilio que nunca se niega, cuando es pedido con sinceridad.

Cuando se hace oración para otro, es un acto de  voluntad y si es fervorosa y sincera, puede atraer  ayuda,  para sugerirle buenos pensamientos y que obtenga la fuerza necesaria.

La única que vale es la oración del corazón y no significa nada la de los labios, pero algo muy importante es entender, que la oración no cambia los designios de Dios.

Lo importante es tratar de conocernos a nosotros mismos, para que bajo ninguna circunstancia nos engañemos, pues si lo hacemos, será como tratar de engañar a Dios.

En todos los tiempos la oración ha sido la mejor herramienta para buscar la solución a nuestros problemas, no es casual el acopio de los canticos graduales del rey David.

Esos canticos graduales hoy los conocemos como salmos, que se dice fueron escritos por David durante su peregrinar protegiendo el arca de la alianza.

Muchos fueron los obstáculos que tuvo que sortear para salvaguardar las tablas de la ley, es posible que eso fuera lo que le obligó a encargar a su hijo Salomón construir un templo.

El tiempo logró que salomón levantara esa construcción magnifica que le permitió cumplir el compromiso heredado por su padre David.

Le sugiero dar un vistazo al libro de los salmos que nos ofrece una muestra de lo que significa hacer oración, inclusive muchos cabalistas de todos los tiempos dicen que los salmos son de tal poder que sirven para resolver problemas por difíciles que parezcan.

En un reportaje futuro, hablaremos de las bondades de cada uno de los salmos, haremos una recopilación de lo dicho por algunos autores, con el único objetivo de exaltar las bondades de los canticos graduales.

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